Reflexión

Uno de los grandes problemas que confrontamos en la actualidad es  que sin importar cuanto tengamos o dejemos de tener existe un vacío en nuestros corazones que no se llena con nada material, personalidades de renombre del ámbito político y artístico acuden con frecuencia a  sustancias prohibidas ó en su defecto a …

Uno de los grandes problemas que confrontamos en la actualidad es  que sin importar cuanto tengamos o dejemos de tener existe un vacío en nuestros corazones que no se llena con nada material, personalidades de renombre del ámbito político y artístico acuden con frecuencia a  sustancias prohibidas ó en su defecto a relaciones infructuosas, a los fines de llenar dicho vacio.

Ese  Vacío podríamos definirlo como una condición en que existe un sentimiento de apatía y  aburrimiento acompañado frecuentemente de  depresión, desesperanza, sentimiento agudo de soledad o desórdenes emocionalesrelacionados. Muchas veces las personas lo expresan  como una sensación general de malestar o insatisfacción, de que algo no marcha del todo bien en ellos o en sus vidas, o bien sienten que no encuentran su lugar en el mundo o tienen una sensación de falta de sentido. Bastante curioso resulta que muchas de estas personas parecieran tenerlo todo, dinero, posesiones. Fama, poder, pero aún así se sienten solas y atribuladas.

Muchas de estas personas recurren frecuentemente a los libros de autoayuda, a la introspección y el autoconocimiento. Son fanáticos de ir a charlas que hablen sobre conocerse mejor, saber cuáles son sus problemas, tratar de afrontarlos y superarlos y, en general, mejorar como personas. Algunas incluso dado su poder adquisitivo tienen psicólogos personales y coach para recibir la ayuda oportuna.

Algunos sienten una verdadera sensación de intenso vacío, como si no tuvieran identidad, no supieran del todo quiénes son, qué sentido tiene sus vidas, hacia dónde dirigirse o qué hacer para cambiar esa situación.

Ahora bien. ¿Quién puede ayudarnos a encontrarnos realmente con nosotros mismos? a entender nuestro propósito, a comprender por qué estamos aquí en la tierra y a no sentir jamás este vacío. Sólo nuestro fabricante, Dios mismo, él tiene todas las respuestas que necesitamos sin importar el área que nos afecte, él conoce nuestro diseño y puede por tanto responder todas nuestras inquietudes sin importar su índole. Basta con acercarnos con sinceridad delante de su trono y pedirle que aclare nuestras dudas, aceptarle como nuestro señor y salvador y nuestra vida cambiará por siempre, nunca jamás nos sentiremos solos, nunca jamás sentiremos vacío. Ya no habrá que invertir miles de pesos para que otro ser humano que la mayoría de las veces tiene las mismas luchas y el mismo vacío nos diga que hacer.

Si quieres aceptar a Jesucristo puedes hacer esta oración ahora:

Señor Jesus, te acepto como mi señor y salvador. Me acerco a ti y reconozco que te necesito, reconozco que sólo tienes las respuestas que mi alma necesita. Pido que tu misericordia y tu favor me alcancen, pido perdón por todos mis pecados y acepto que tu sangre,  vertida en la cruz del calvario me limpia y me sana. Inscribe mi nombre en el libro de la vida y ayúdame de ahora en adelante a vivir conforme a tu voluntad. Gracias Jesucristo por escucharme y por liberarme.  Amén.

 

Si has realizado esta oración contáctanos, queremos orar por ti.